El Pan Nuestro Cesar Vallejo Analisis Literario
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bueno;trata de explicar los acontecimientos dados en la vida de cesar vallejo,explicando los motivos dados por los cuales pudo escribir sus poemarios y versos apesar de ser criticado el prosiguio con sus escritos, llegando a ser considerado y reconocido como uno de los mas importantes escritores de la epoca hasta estos tiempos lo sigue siendo entre muchos de sus poemas tenemos a ¨EL PAN NUESTRO¨en el cual demustra la humanidad del hombre al querer brindar lo poco que tiene al pobre que mas lo necesite.Entre otros esta¨TRILCE¨ uno de los libros mas reconocidos,con la invercioon de El cuando estuvo en prision reflejando quisas su dolor de estar entre 4 paredes,y otro el cual es ¨MIRE EL CADAVER¨en el cual expresa la crueldad de la vida o la de el destino.Finalizando,cesar vallejo trato de explayarce a los sentimientos dados en su vida ya sea de dolor y pena como de triteza y melancolia.grasias ..
este artículo es muy interesante nos da a conocer que significo los poemas que escribia César vallejo . Lo que experimento en españa y lo acontecimientos vividos que lo llevaron a motivas sus poesias.Su lenguaje es sencillo y facil de entender .me gusto mas el poema "pan nuestro" pues refleja la necesiad del hombre y una sociedad injusta con él.
Bueno este articulo me parecio muy interesante ya que nos da a conocer lo interesante que era cesar vallejo en años atras y talves hasta el dia de hoy, ya que Vallejo tenia una forma de escribir sus poesias con mucho lenguaje metaforico que transmitia amor, dolor, resentimiento.
bueno como puedo observar cesar vallejo es un literato que no solo se aboca a lo que el siente sino tambien a los acontecimientos y sufrimiento que pasan las demas personas a las cuales persibe, muestra sin duda un numero de sentimientos en los poemas que hace .este articulo plasma en forma rapida algunas caracteristicas que el posee y el mas resaltante seria a de ser humanista y eso hace que uno lo admira mas aya de lo que pueda escribir .sus poemas ni que hablar son tan profundos como EL PAN NUESTRO Y MIRE AL CADAVER que hace que uno refleccione hacerca de lo que dia dia,de lo injustos que somos aveces.lucero vasquez contactolg_13@hotmail.com
yo opino, que el artículo me parecio muy interesante, me da a entenderde que cesar vallejo se interesó en expresar las cualidades la experiencia humana y las experiencias que vivió y lo cual lo llevaron a expresarse en sus poesías. PAN NUESTRO: Este poema da a entender que el personaje, trata de hacer las cosas que él cree que estan bien, creyendo que se comete injusticia con los pobres y robando a los ricos para darselos........
bueno al tratar este tema entre mis compañeros llegamos a la conclucion que todos los comentarios dados en clase llegan al mismo punto,demostrando que cesar vallejo fue y sera uno de los mas importantes escritores de todas las epocas sin cuestion alguna,apesar de la critica.
yo creo que si en algo mis compañeros estamos de acuerdo es en lo humanitario que fue cesar vallejo aunque no siempre fue asi ya que césar vallejo puso por encima su pasión por la escritura que por su religión pero creo que la conclusion es que supo aprovechar cada experiencia que lo motivo hacer esta grandes obras.
la mayor parte de mis compañeros tenemos la misma opinion sobre cesar vallejo y sus poemas que trata del amor, la alegria como tambien el dolor,la tristeza.y es por ello que debemos sentirnos orgullos de este extraordinario poeta peruano.
En sus obras o poesías de cesar vallejo se ve reflejado el pensamiento metafísico, dando a conocer sufrimiento, dolor, injusticia y tristeza esto se expresa en su libro los heraldos negros. Vallejo fue un hombre apegado al sufrimiento es decir esas tristezas eran reales pero que el solo lo podía ver y por lo tanto lo expresaba según como se sentía en esos momentos ya sea triste o muy melancólico ante la vida.Gracias..
José Enrique Finol Universidad del Zulia*, Facultad de Ciencias, Laboratorio de Investigaciones Semióticas y Antropológicas, Maracaibo, Venezuela. Dirección para correspondencia Resumen A partir de la isotopía que denominamos conciencia trágica se propone que Los heraldos negros (1918), de César Vallejo, genera tres nuevas isotopías temáticas (Dios, infancia, mujer) que aparecen como respuestas a la percepción absurda de la vida. Para el análisis se utilizan referencias contextuales tomadas de la biografía del autor y del período histórico en el cual vivió Vallejo, en particular las referencias a la filosofía existencial y marxista. Así mismo, se parte de las nociones de hombre-Adán y hombre-Cristo como expresivas de la visión personal que se manifiestan en el idiolecto poético de Vallejo. Palabras clave: Vallejo, isotopía, conciencia trágica, Dios, infancia, mujer. Abstract We analyze the collection of poems titled Los heraldos negros by César Vallejo, with the object of determining the fundamental isotopies which articulate the vision of the world expressed in these poems. From the isotopy we have named “tragic conscience”, the poetic text generates three new thematic isotopies (God, childhood, woman) which appear as a response to the absurd perception of life. For this analysis we use contextual references taken from the author's biography and the historic period in which Vallejo lived, particularly the references of Existential philosophy and Marxist philosophy. We also base this analysis on the notions of man-Adam and man-Christ as expressions of the personal vision which is manifested in Vallejo's poetic idiolect. Key words: Vallejo, isotopy, tragic conscience, God, childhood, woman. INTRODUCCIÓN El análisis de los poemas de Los heraldos negros (1918), de César Vallejo,1 debe enmarcarse en el descubrimiento, por parte del poeta, del sentimiento absurdo de la vida. Ninguno de los aspectos que intentamos destacar se encuentra desligado de los otros: la unidad esencial viene dada por la unidad del ser-enunciador y la unidad de la obra, pues Los heraldos negros muestra una profunda coherencia temática. Sin embargo, las contradicciones aparentes de algunos poemas o, mejor, las diferentes soluciones que la palabra presenta, no son sino la búsqueda propia de una conciencia ultrasensible, característica del poeta, y de un compromiso con la unidad misma que exige una solución final, sin que ésta deje de ser transformada y transformante. Hemos querido destacar tres isotopías2 ––Dios, la infancia y la mujer–– principales que se desarrollan a partir del descubrimiento de la conciencia trágica, el sentimiento de lo absurdo de la vida, que caracteriza al poemario. Como afirma Carretero Gramage, “la conciencia trágica es el límite aquí y ahora, una previsión de que la eventualidad trágica pueda ya haber comenzado a andar, lo cual relativiza todo contexto vital en sus facetas de solidez y seguridad” (en línea). Se trata, sin duda, de esa concepción trágica y pesimista de la vida que impregna la filosofía y la estética de Schopenhauer (Silveira Laguna, en línea), pero que para Möller se define como “Exigencia de síntesis, de unión de los contrarios, esta es la esencia de la conciencia trágica” (en línea). En los siguientes poemarios Vallejo encontrará otras soluciones y transitará otros caminos. Para los objetivos del presente trabajo esos caminos nos interesan en menor medida que los presentados en Los heraldos negros. Luego de analizar los tres aspectos que nos hemos propuesto ––Dios, retorno a la infancia, la mujer––3 trataremos de lograr una solución total, producto de la lectura entre líneas de las sutiles relaciones que unen a cada uno de los versos con los otros y a cada uno de los poemas con el resto. Es decir, trataremos de formular, con base en los resultados obtenidos, una metáfora global que permita, por lo menos, alcanzar algunas de las estructuras semióticas que articulan el poemario. Como veremos, existe una relación directa entre la búsqueda desesperada de Vallejo, enunciador de una felicidad perdida, el retorno a la infancia y el deseo/temor de la muerte. También entre éste y su visión de la mujer y de Dios. Esta búsqueda del poeta-enunciador, según veremos finalmente, encuentra en la acción y en la poesía el compromiso completo con sus percepciones de la realidad. Si Vallejo en Los heraldos negros da a la poesía dimensión redentora, posteriormente confiere a la acción política la forma concreta práctica de su compromiso. Sin embargo, no abandona la poesía. Por eso su redención es por la palabra; visión desgarrada inicial que culmina con un compromiso real y sincero. Vallejo es no sólo un poeta, es el poeta del hombre, de la solidaridad humana. Sin embargo, en Los heraldos negros Vallejo es también confusión y, más que esto, es búsqueda de una unidad ausente y de una felicidad perdida. LA CONCIENCIA TRÁGICA: LA MUERTE Según nuestra hipótesis, el descubrimiento del ser-para-morir constituye la isotopía general, subyacente que genera, anima y motiva numerosos poemas de Los heraldos negros. Para una personalidad cuya infancia estuvo marcada por lo religioso,4 la situación que provoca el encuentro con esta realidad necesariamente se orienta hacia una angustia constante. Vallejo se dobla ante esos “golpes” que “abren zanjas oscuras / en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte” (“Los heraldos negros”, 9). La crisis espiritual producto de esas “caídas hondas de los Cristos del alma” se refleja directamente en la obra poética. Sensibilidad de introvertido, Vallejo deja caer, sutilmente, sus angustias y tensiones en sus versos. Si nos atenemos a las explicaciones existencialistas, la soledad, como principio de la angustia, da inicio a las preguntas que el hombre se hace sobre su origen y destino, sobre su esencia, sobre su papel en la vida. Es después del enfrentamiento con un mundo hostil, lacerante, que se interpone entre el ideal y el hombre, lo que inicia, en la reflexión solitaria, la llamada duda existencial. Vallejo es, en no poca medida, el resultado de una angustia llevada creativamente hasta sus últimas consecuencias. Y en cierta forma, sus poemarios se adaptan a ciertas etapas de la vida, sin que por ello abandonen nunca el permanente lamento y el dolor por la desgraciada suerte del hombre. Proveniente de una familia de escasos recursos, Vallejo desarrolla un gran sentido de solidaridad con el hombre. La unidad del ser se rompe a partir del choque entre los ideales y la realidad cotidiana. Surge allí la angustia que inquiere del mundo una respuesta que éste no puede darle o que, por el contrario, la respuesta que le da es el anuncio permanente de un destino fatal, donde la muerte es, inevitablemente, el destino final previsto, a cuyo puerto es imposible no anclar. En las primeras décadas del siglo XX Vallejo descubre, al igual que Camus, Sartre (“la existencia precede a la esencia”), Heidegger y los demás existencialistas no teístas –herederos de Kierkegaard– que el destino necesario de la vida es la muerte, que su nacimiento no tiene otra finalidad que el deceso, que la vida es, en tal sentido, un absurdo. Esta angustia se trasluce en numerosos poemas. Igualmente, este descubrimiento provoca la conciencia trágica, fatídica, que Vallejo vierte con fuerza desgarradora en sus versos. Es el alma descubierta dentro del mundo alienado, del hombre asesino del hombre, del homo homini lupus. Esta conciencia del absurdo lleva a Vallejo a mantener la muerte siempre presente Cerca de la aurora partiré llorando; y mientras mis años se vayan curvando, curvará guadañas mi ruta veloz. Y ante fríos óleos de la luna muriente, con timbres de aceros en tierra indolente, cavarán los perros, aullando, un adiós (“Sauce”).5 En el poema se toma, entonces, conciencia de un destino trágico y sobre ello se regresa una y otra vez; se constituye en leitmotiv obsesionante He soñado una fuga. Un “para siempre” suspirado en la escala de una proa (“Medialuz”, 19). ¡AUSENTE! La mañana en que me vaya más lejos de los lejos al Misterio, como siguiendo inevitable raya, tus pies resbalarán al cementerio (“Ausente”, 21). Vallejo se constituyó en lo que podríamos llamar el hombre-Adán. En efecto, el poeta se siente abandonado de Dios; sus culpas le han provocado la expulsión del Paraíso. Es el hombre pecador, poseedor de las culpas, que Vallejo interpreta como pecados contra el propio hombre y no contra Dios. Esta misma expulsión del Paraíso, que no es otra cosa que el mismo desarraigo del mundo, lo lleva a la solidaridad humana y de hombre-Adán se convierte, además, en el hombre-Cristo, redentor o, mejor, portador en sí mismo del sufrimiento de todos los hombres.6 La poesía revela el grado de solidaridad con el hombre que sufre. La conciencia del absurdo no sólo le lleva a sentirse expulsado de la felicidad, del goce, sino a aliarse con todos los hombres que sufren. Es una solidaridad cósmica con el sufrimiento, con el hombre. Este fenómeno alcanza dimensión religiosa, una dimensión en la cual Vallejo se siente Cristo, concentrador de los pecados de la humanidad. Pero, además de esto, se siente usurpador de la justicia del hombre, siente que su presencia en el mundo ocupa el lugar de otro, que come lo que corresponde a otro Todos mis huesos son ajenos; yo tal vez los robé yo vine a darme lo que acaso estuvo asignado para otro; yo pienso que, si no hubiera nacido, otro pobre tomara este café Yo soy un mal ladrón… a dónde iré (“El Pan Nuestro”, 72-73). Ni siquiera el refugio de lo humano, de su propia existencia, le pertenece. El poeta sufre su ser como el que podría pertenecerle a otro. Su lugar en el mundo podría corresponderle a otro. Su comida y su vestido, hasta sus huesos, son ajenos. La angustia de Vallejo va más allá de su condición de desarraigo, de expulsado del Edén. Para él no sólo basta la creencia fatídica y el convencimiento de que su vida no es otra cosa que un viaje inevitable hacia la muerte. Va aún más allá. Llega a plantearse su vida como daño para la comunidad humana. Sien